Confieso que, como prácticamente todos los niños de mi generación, fui un lector empedernido de tebeos. Y digo bien, TEBEOS. No cómics, o revistas infantiles: Tebeos, así es como se llamaban entonces, evidentemente gracias al TBO, una de las primeras publicaciones de historietas gráficas que cayeron en nuestras manos.
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Al fondo, en esta fotografía de finales de los 60, entre el guardia y el semáforo, se puede ver el kiosco donde me aprovisionaba de aquellos maravillosos tebeos... |
Los primeros recuerdos que tengo de mis lecturas infantiles son seguramente los mismos que el resto de vosotros, si fuisteis niños entre mediados de los 60 y 70: Los cuentos troquelados de Ferrándiz. El pequeño juguete tridimensional que incorporaban, como un objeto integrado en la ilustración, era uno de los mayores atractivos de estos cuentecitos. Recuerdo muchos de ellos, pero con un especial cariño, éste y la flautita (roja?) que incluía.
Era el TBO una revista entrañable y repleta de dibujos elegantes y llenos de humor. Cuando digo elegantes, pienso sobre todo en Coll, con sus estilizados personajes y sus ingeniosas historias. La familia Ulises, de Benejam (un verdadero retrato de la sociedad de la época y de una familia relativamente acomodada y numerosa); Altamiro de la Cueva, JOSECHU el vasco (recordais éste estupendo personaje, capaz de cualquier exhibición de fuerza 'a la vasca' y vestido de pelotari?), y sobre todo, sobre todo, los inventos del Profesor Franz de Copenhage.
En su mayor parte (bueno, en su totalidad :) inventos francamente aparatosos y absurdos con una utilidad realmente simple: atar un zapato o encender un cigarrillo :) Una publicación ejemplar,que nos sirvió de puente para entrar en el magnífico mundo de las publicaciones BRUGUERA.
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Póster del 73 con todos los personajes de la casa hasta el momento, seguramente realizado por Sagasti, jefe del estudio gráfico de Bruguera. |
Es con las revistas de Bruguera cuando realmente nos zambullimos en el mundo apasionante de los tebeos. Bruguera le dió un sello especial a todas sus historias. No en vano, siempre se ha hablado de la escuela Bruguera. Lanzaron muchas, muchísimas publicaciones, y con una inteligencia y conocimiento del mercado magistral. Y con un sentido del marketing realmente eficaz (recordemos sus promociones y múltiples alianzas con diversas empresas del sector alimentario).
Realmente se levantó un imperio, una empresa modelo, un gigante editorial que... acabó teniendo los pies de barro, y hundiéndose irremisiblemente a mediados de los años 80. Pero este no es nuestro asunto, todavía éramos unos niños cuando las revistas Bruguera inundaban los kioscos (y no es una imagen metafórica :)
Din-Dan, Tio Vivo, Pulgarcito, Mortadelo, Zipi y Zape, Lily... Y todos sus extras: Primavera, verano, otoño, invierno y Navidad. Y con una frecuencia semanal, en la mayoría de revistas, increíble las tiradas que se llegaban a lanzar. Claro, en aquella época, aparte de nuestros juguetes, no teníamos otro tipo de entretenimiento que hojear aquellas hilarantes revistas una y otra vez (porque yo no sé vosotros, pero mis tebeos iban rotando hasta que, meses después, volvía a leérmelos de nuevo :) La compaginación con la vida escolar era perfecta: O jugabas con tus juguetes, o leías (en un estupendo y saludable ejercicio de introducción a la lectura que creo que ha hecho de la nuestra una generación de lectores sin par :).
Me gustaría recordar, a modo de homenaje, a algunos de aquellos magníficos dibujantes que crearon unos personajes que siempre estarán en nuestra memoria:
Ibáñez: Pepe Gotera y Otilio, los chapuzas nacionales; Rompetechos, el tapón cegato; El botones Sacarino y sus eternas faenas al dire delante del presi; La Familia Trapisonda (un grupito que es la monda) ; 13 rue del Percebe, ese entrañable edificio con un mundo en cada habitación -y un moroso, Vázquez, en el ático- y por supuesto, por supuesto, los ínclitos MORTADELO Y FILEMÓN.
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Portada del 1er. Mortadelo semanal |
Qué decir de éstos personajes? Se puede inventar algo más original? Un par de agentes inútiles que acaban resolviendo los casos por pura chamba y casualidad. Originalmente, Mortadelo y Filemón tenían su propia agencia de detectives: Mortadelo y Filemón, Detectives de Ocasión. Mortadelo, en aquella época, se tocaba con un bombín del que sacaba los disfraces adecuados para sus investigaciones. Más tarde, el nombre del negocio se sofisticaba: Mortadelo y Filemón, Agencia de Información. Para ingresar, algún tiempo después, en la TIA (Técnicos de Investigación Aeroterráquea, con su agencia rival, la ABUELA -Agentes Bélicos Ultramarinos Especialistas en Líos Aberrantes :) Hay que ver la historieta que describe el examen de ingreso de estos dos elementos en la TIA: Las partes del revólver son: CANUTO, BALA Y PERONÉ; la Cabash Argelina es... UNA COSA QUE LES SALE A LOS MOROS EN EL PELO, y un sinfín de barrabasadas más... Al final, entraban en la TIA porque eran los únicos que se habían presentado!
Vázquez: No sólo tenía una historia personal increíble (como ya he dicho, era realmente el 'moroso Vázquez'), sino que era un verdadero genio de la historieta… La familia Cebolleta (que acuñó el término de 'ya está el abuelo Cebolleta con sus historias de la guerra' :); La familia Churumbel -a los que les había salido una oveja negra, el gitano que siempre estaba buscando trabajo-; Las Hermanas Gilda (Leovigilda y Hermenegilda); La abuelita Paz; Angelito, el bebé que se desplazaba a saltitos en una cestita (Gugú!) y que era la piel de Barrabás; Feliciano; Angel Siseñor (quien solamente decía 'Sí, señor' una vez en toda la historia como único diálogo); Anacleto agente secreto (otro de mis personajes favoritos); el inspector O'Jal (historias absurdas de una página con la solución al revés)... Vázquez era genial...
Raf: Creo que el mejor dibujante (técnicamente hablando) y el más elegante de todos. Con un trazo espontáneo y decidido, creó multitud de personajes como Sir Tim O'Theo (elemental, querido Patson); Manolón y Tapón, conductores de camión; Doña Lío Portapartes -mujer de muy malas artes-, dueña de la pensión donde se alojaba don Bollete, y al que alimentaba básicamente con garbanzos; Doña Tecla Bisturín; Don Pelmazo –bla, bla, bla y las mil latas que da- (éste era genial, dando la vara a todo el mundo); Don Lechuzo (‘lo he visto aquí’, decía el cenizo señalándose la mollera). Gran dibujante, desaparecido hace años sin que casi ninguno de nosotros, ávidos lectores de entonces, nos percatásemos...
Escobar: Qué decir de Escobar? Zipi y Zape, y su eterna lucha por conseguir que su papi, Don Pantuflo Zapatilla (catedrático de colombofilia y numismática) les comprase la ansiada bici. Jaimita Zapatilla, la mamá; Sapientín, el primo empollón y repelente; don Minervo, el profesor, el caco Manitas de Uranio y el policía don Ángel :) "Nunca seréis nada en la vida!" les espetaba Don Pantuflo... Y para las heridas y chichones, árnica :)
Carpanta; Toby; Don Óptimo y don Pésimo, Petra -criada para todo- .Un auténtico retrato de la España de la postguerra (Escobar fue siempre muy anticuado :) ... Carpanta se pasó la vida intentando comerse el ansiado pollo, sin conseguirlo...
Segura: Los señores de Alcorcón (y el holgazán de Pepón); Rigoberto Picaporte (solterón de mucho porte); La Panda; Pepe Barrena (el piloto).
Schmidt: El profesor Tragacanto (y su clase que es de espanto); El doctor Cataplasma y su criada Panchita; Deliranta Rococó (Lily?); Camelio Majareto; Troglodito...
Y muchos otros personajes que nos dejaron su indeleble huella también: Pascual criado leal, de Nadal; Agamenón de Nené Estivill (igualico, igualico que el «defunto» de su agüelico); Angustio Vidal el hippy y don Percebe y Basilio, de Rojas; Don Berrinche, Pepe el Hincha, Gordito Relleno, Pitagorín y don Pío, de Peñarroya, Doña Urraca y el reporter Tribulete de Jorge, Apolonio Tarúguez, de Conti (geniales chistes, los de Conti)... Una lista inacabable...
No olvidaré hacer aquí una mención especial a la revista Pumby, de la editora Valenciana. Nunca compitió con Bruguera a efectos de ventas, pero se mantuvo dignamente durante muchos años, contando con personajes como el mismo Pumby; Barbudín; Payasete y Fu-Chinín... Sanchís fué sin duda su dibujante más representativo.
Carlitos Brown, con su pandilla, Sal y Pimienta y Popeye el marino (con Olivia, su novia y Pilón, que se comía las hamburguesas a pares, y Cocoliso) fueron algunas de mis incursiones americanas en la época…
Años más tarde mis gustos derivaron hacia los superhéroes de Marvel, y más tarde todavía hacia las revistas de horror de principios-mediados de los 70 (Vampus, Creepy, etc.) Pero creo que esto merecerá otra entrada sin duda. Y me parece que Tintín y Asterix también...
Los tebeos nos hicieron soñar y reír. Nunca estaré lo suficientemente agradecido a todos aquellos humildes artistas que se dejaron las pestañas en unas maravillosas páginas que nosotros devoramos durante toda nuestra infancia. Qué había mejor, cuando te daban las vacaciones en el cole que conseguir el Mortadelo Extra de Verano, por ejemplo? Ése era el verdadero principio de las vacaciones, la prueba irrefutable de que el verano por fin había comenzado.
Gracias amigos, a los que estáis y a los que ya no -al menos no por aquí- por todos aquellos momentos felices. El niño que todavía anda por aquí dentro os debe una -y además de verdad-!