domingo, 27 de septiembre de 2015

DE SOMBREROS HORTERAS E INDUMENTARIAS VERANIEGAS (HORTERAS TAMBIÉN)





Hoy he encontrado este sombrero de vaquero tan hortera en la red y he recordado que, en el verano del 74, tuve uno igual:)
Pasábamos las vacaciones en el pueblo, junto a dos familias amigas. Una mañana fresca de Agosto, dando una vuelta antes de ir a la piscina, fuimos a parar a una de esas tiendecitas donde venden un poco de todo. Y como estábamos en verano, había una amplia oferta de cestos de esparto, sombrillas, flotadores y todo tipo de gorras y sombreros. Los chavales, en cuanto vimos aquellos sombreros vaqueros multicolor tan... bonitos, nos los pedimos inmediatamente. Hemos de tener en cuenta la época, eh? Estábamos en plena psicodelia -que aquí nos llegó algo rezagada :)) Aquellos sombreros estaban confeccionados con una mezcla de nylon y algodón, y resultaban ligeros y bastante fresquitos (dejando aparte el aspecto estético, aunque insisto: Estábamos en los 70 :) . También disponían de un cordón de sujección muy útil (para eso, para sujetar).


Ese sombrero estuvo muchos años en la casa del pueblo, colgado de una percha, aunque hace tiempo ya que le perdí la pista. Es decir: Ya lo había olvidado completamente (a menudo tengo la sensación de que las cosas desaparecen en cuanto las olvidamos y no al revés), pero la red me lo ha traído de vuelta y, de paso, una buena porción de recuerdos infantiles de aquella época y de aquél verano...







Como por ejemplo, éstos pantalones de rayas tan vistosos (los 70, ya sabéis). En realidad los míos eran más vistosos todavía, por lo que recuerdo: franjas amarillas, blancas, negras, verdes, etc... Añadamos al bonito conjunto una de aquellas zapatillas deportivas marca La Tórtola que casi todos los chavales llevábamos en la época. Bueno, o los que no habíamos ni siquiera oído hablar de las John Smith o las Converse y ni sabíamos que existían directamente. Por 200 pesetas tenías unas bambas tipo básquet estupendas y asequibles... 


Es curioso cómo acabo de tener un flash del final de aquellas Tórtola blancas... Ese mismo Septiembre, me caí rodando por una cuesta cerca de casa, haciéndome una herida bastante aparatosa en la rodilla. Se me ha quedado grabado en la memoria el recuerdo de mi padre subiéndome en brazos a casa mientras yo miraba desconsolado mis bambas, ahora teñidas de rojo :) Todavía conservo la cicatriz...Y creo que no volví a tener unas así hasta que me compré mis primeras John Smith, ya con 18 años...


Como estábamos en verano, cualquier camiseta de publicidad de la época daba el pego, para la parte superior de nuestra indumentaria. Si tenías suerte, podías lucir una de Coca-Cola, Mirinda, rotuladores Carioca o La Casera. O una camiseta conmemorativa de cualquier evento deportivo internacional... Siempre era mejor que lucir el logo de una empresa de construcción o de abonos y semillas (que también se podía dar el caso perfectamente, ya que nuestros padres parecían pensar que, en verano y en el pueblo, no había ningún tipo de norma estética aplicable en particular :)



Y terminemos finalmente el atuendo veraniego con unas buenas gafas de pera con cristales marrones o verdes Indo Cromic (sí, los que cambiaban de color según la intensidad de la luz). Lo malo de estos cristales era que en interiores muy iluminados, seguían siendo oscuros, lo cual te quitaba bastante visibilidad. Lo mejor era cuando eran nuevos: Al echar el vaho sobre ellos para limpiarlos (como se ha hecho toda la vida con las gafas hasta que salieron las toallitas o las gamuzas especiales de microfibra) se hacía evidente un sellito blanco con la marca Indocromic, que con el paso del tiempo, dejaba de manifestarse, cual fantasma desanimado :) Bueno, este adminículo nos quedaba reservado a los miopes, ya que en aquellos tiempos y a aquellas edades no se estilaba mucho el llevar gafas de sol. Esto quedaba reservado a los mayores, o a los pijos directamente :)








En fin, habría que vernos a todos subidos en las bicis con aquellos sombreros vaqueros multicolor y el resto de indumentaria a conjunto, corriendo nuestras aventuras por aquellos campos 
bajo la solana implacable (como buenos urbanitas, éramos los únicos en salir antes de las 5 de la tarde, ya que a nadie se le ocurría tragarse toda la calorada del mediodía excepto a nosotros, que exprimíamos ávidamente cada minuto de las vacaciones :). Me veo claramente en el campo de fútbol de tierra desierto, donde hacíamos carreras y derrapadas (en la parte de atrás, había un terreno bastante accidentado con desniveles, donde ejecutábamos acrobacias bastante temerarias y donde en más de una ocasión nos llegamos a plantear seriamente si el que había diseñado las bicicletas con cuadro había colocado allí la barra horizontal tan sólo con la aviesa intención de que nos dejásemos las partes en ella)... 

Ha pasado mucho tiempo desde aquél verano, pero hay cosas que nunca se olvidan por muchos años que pasen... Como el viejo sombrero vaquero multicolor :)